miércoles, 4 de febrero de 2015

UNA DE TRAPILLO

Y aunque nunca digas nunca jamás, con el trapillo va a ser una y no más.

La verdad es que no le encuentro yo la gracia al trapillo y no me gustan las cosas que se ver por ahí hechas con esta técnica (que nadie se ofenda que para gustos están los colores)

A pesar de lo dicho no he podido resistirme a comprar un ovillo para probar y ha servido para reafirmarme en mis convicciones.


Hace muchos, pero muchos años, tuve unas zapatillas de estar en casa que se hacían a mano, de punto, de un material que en su momento no sabía como se llamaba, pero un día al buscar en internet "zapatillas de punto" lo más parecido que encontré estaba hecho en trapaillo así que no me quedó otra que probar.

Bueno el ovillo primero fueron casi una zapatilla, no me gusto, o me salía muy pequeña o muy grande, después una cesta, después un bolso...


Cada cosa que he ido probando me ha parecido más fea...


Así que al final y por no tirarlo ha acabado siendo una minialfombra


No sé que uso le daré, o la usaré para la cocina o se la daré a Ingrid para que se afile las uñas, que seguro que me lo agradecerá.



No hay comentarios:

Publicar un comentario